lunes, 25 de mayo de 2009

MUJERES SAHARAUIS LIMPIAN EL DESIERTO DE MINAS ANTIPERSONALES

Recientemente, un periódico británico ha publicado un interesante reportaje sobre la excelente labor de unas mujeres saharauis que colaboran en los trabajos de desminados que lleva a cabo la ONG del Reino Unido, Land Mine Action, cuya principal acción es la de desmantelar la gran cantidad de minas antipersonales que Marruecos ha sembrado a lo largo y ancho del territorio saharaui.
La reportera afirma:"En medio del Sáhara, tres mujeres y tres hombres caminan entre la arena envueltos en pesados chalecos azules. Las chicas llevan sus cabezas cubiertas por un turbante y su cara protegida por una máscara de plástico transparente. Alrededor de su cintura, unos artilugios pitan cada vez que se topan con algún objeto metálico. Sus piernas se mueven dentro de un endeble rectángulo amarillo, que es parte de su equipamiento. Todo acontece en la máxima lentitud. Exploran el territorio con movimientos prudentes que recuerdan los discretos pasos de un puma.Las chicas se llaman Toufa, Chaia y Mariam, y son las primeras y únicas mujeres saharauis que trabajan en el programa de desminado del Sáhara Occidental. Desde hace un año, arriesgan su vida para desactivar minas antipersona, bombas de racimo, misiles y todo tipo de artefacto explosivo enterrado en el desierto. «Antes de comenzar este trabajo, no tenía ni idea de que hubiese tantas minas en nuestra tierra», reconoce Mariam Zaid Ahmar, 23 años y una mirada tan firme y profunda, que parece desmentir el hecho de que es la más joven del equipo. «Nunca en mi vida había visto una mina de cerca, a lo sumo en la televisión», asegura Toufa Brahim Balel, enfundada en una melfa rosa, el traje tradicional del Sáhara.Hasta 10 millones de minas y bombas de racimo se ocultan a lo largo de los 2.700 kilómetros que mide el muro de la vergüenza. Así se refieren los saharauis a la enorme fortificación que separa el Sáhara ocupado por Marruecos, desde 1975, de los territorios reconquistados por el Frente Polisario durante 16 años de una guerra sangrienta, que acabó en 1991 y dejó centenares de muertos entre la población civil. Es una larga herida de alambre de espino y arena que rompe en dos un pueblo y su país. El reino alauí lo construyó en los años 80 para repeler los ataques de los guerrilleros saharauis, y llegó a gastarse en su mantenimiento la cifra astronómica de tres millones de dólares diarios. Vigilado permanentemente por 165.000 soldados armados hasta los dientes, el muro del Sáhara está considerado como el mayor campo de minas del mundo. Desde 2006, la ONG británica Landmine Action (LMA) lucha para recuperar este territorio martirizado por las bombas y muy rico en fosfatos, una materia prima muy valiosa para la fabricación de fertilizantes y la verdadera razón de este conflicto olvidado.

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